viernes, 15 de julio de 2011

Sin Rumbo

Las luces titilan sobre
la ciudad dormida.
Llego a una ciudad
que quiso ser,
o fue, o que ya no es.
Ciudad que es solo una
sombra de su pasado.
Dilapidada ella. Maltratada,
se debate al calor del verano.
Y allí estoy, preso en el caserón.
Detenido en el tiempo
de sus severas paredes.
Dibujado en la humedad
del techo.
Me descubro en un baúl
suspendido en fotos
que me aprisionan como a un
eterno adolescente.
Son las memorias de un hombre
que vivió entre estas calles sin rumbo.
Pero ese, ese que me ve
desde el desgastado papel.
Ese joven ya no existe.

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