Galopa sobre los días
cómo un caballo salvaje,
sin ambición; sin esperar nada.
El anda desnudo de horas,
libre de los ojos que juzgan su
soledad.
Escúchalo.
Grita cómo un pez ahogado;
cómo un tigre sin futuro.
El quiere una vida sin
imágenes que le aprisionen;
quiere estar libre del pasado.
Escúchalo.
Pero no te olvides de su llanto;
de ese llanto de animal frágil
que reclama un mundo mejor.
Muchachas y Caballo
Pulo